"Diferentes noches, diferentes personas, quieren, no quieren, aman, no aman, alguien se enamorará, alguien se quedará atras, alguien se pasará de la raya, alguien se cansará Y dejará de querer... No lo enciendas y no lo extingas, no creas, no temas, no preguntes y cálmate... En algún lugar hay un montón de nosotros pero es insuficiente; en las carreteras habrá una incursión... Alguien se arriesgará y alguien fallará, alguien entenderá pero no ayudará... No creas, no temas y no preguntes"

(Ne ver', ne boysya, ne prosi-t.A.T.u.)

23 ene 2011

La discriminación y el papel de los medios de comunicación

Este fue un discurso que tuve que dar para cierta clase... espero que lo disfruten

Buenos días tengan ustedes como publico que me escucha. El día de hoy hago acto de presencia para hablar de un tema que denigra a muchos seres humanos, la “DISCRIMINACION”, enfocado en la influencia de los medios de comunicación, ya que la función de los medios masivos puede analizarse con relación al papel que juegan para la sociedad o se puede discutir sobre la influencia que juegan, o deben jugar sobre ella y cuestionar la relevancia de su contenido
La discriminación es una forma de violencia pasiva; convirtiéndose, a veces, este ataque en una agresión física. Quienes discriminan designan un trato diferencial o inferior en cuanto a los derechos y las consideraciones sociales de las personas, organizaciones y estados. Hacen esta diferencia ya sea por el color de piel, etnia, sexo, edad, cultura, religión o ideología.
El prejuicio a cierto tipo de comunidades hace que los individuos que pertenecen a estas sean prejuzgados antes de ser conocidos. Son generalizados y rechazados. La intolerancia, el rechazo y la ignorancia en la mayoría de los casos son determinantes para el nacimiento de conductas discriminatorias.
Es cierto que todas las personas del mundo ejercen en algún grado discriminación hacia el otro. Si bien, muchos pueden creer que es una actitud innata del ser humano, es una construcción social y no solo eso, se origina y se perpetúa a través de los medios masivos de comunicación social.
Debemos aceptar el hecho de que, en la actualidad, las personas comunes pasan más horas delante del televisor que hablando con sus amigos o familiares, por ello se debería establecer un nuevo paradigma donde los medios no distorsionen la realidad.
Con esto no quiero decir que deban verse en la necesidad de cambiar toda su programación y convertirse en un “sustituto o complemento de la educación moderna”, ya que la finalidad de los medios, por encima de informar, es entretener y distraer de la vida cotidiana.
Sin embargo, para conseguirlo, los medios no deberían caer en estereotipos ni efectuar procesos de “discriminación discreta” que, a la larga, sólo terminan por deformar la visión de las personas sobre la realidad.
Por ejemplo: es un hecho que en los noticieros de la televisión venezolana no aparecen personas de color, al menos no como periodistas, claro; ni tampoco se utilizan como protagonistas de novelas o series, y, en caso de aparecer, lo hacen haciendo papeles secundarios y usualmente representando al malandro del barrio.
¿Acaso no nos enseñaron en la escuela que la mayoría de los venezolanos somos, en la actualidad, fruto del mestizaje entre negros, blancos españoles e indios?, pareciese que a los medios no les importa tanto de dónde venimos o quiénes somos sino cómo nos vemos.
Pero esta triste situación no sólo se da con gente de color, también se logra notar en cuanto a la forma en la que muestran a otros grupos sociales, como los homosexuales; en el caso de los hombres homosexuales, sólo aparecen en las telenovelas del país como “las peluqueras” o “Las locas”, y en programas de chismes, siendo una verdad irrefutable que hay hombres homosexuales serios en otros niveles de las jerarquías sociales, como la política, la ingeniería, la ganadería… en fin, no sólo en actividades “femeninas”.
Algo que llamó mucho mi atención fue cuando, en cierta oportunidad, observaba un talk show transmitido por Venevisión en la mañana, en el mismo segmento se escucharon las palabras “orgía”, “Trios”, “Amantes”, y “Drogas”, pero la palabra “lesbianas” sufrió una censura, y en cuanto a ver a un personaje lésbico en una telenovela venezolana, es más un sueño inalcanzable que una realidad.
Y ¿Dónde dejamos las marchas del orgullo gay?, cualquier tipo de marcha, al menos en la capital, cuenta con los medios masivos para convertirlo en un evento noticioso, pero esta marcha en particular y que se efectúa a nivel mundial, pasa sin pena, sin transmitirse y sin gloria.
En cuanto al papel de la mujer es más complicada la cosa, porque, generalmente, son catalogadas de “resentidas sociales”, “manipuladoras”, “lloronas y rencorosas”, usualmente se ve a la protagonista luchando y sufriendo para poder ser feliz cuando tenga a su príncipe azul a su lado, esto enseña a las más jóvenes a que su felicidad dependa exclusivamente de la compañía masculina y, a las mayores, a sentir frustración por no conseguir cumplir con esos parámetros sociales. Sumado a esto, el enfrentamiento por las reiteradas formas en que se usa el lenguaje sexista en los mensajes interpersonales y los recibidos a través de los medios masivos y publicitarios, los cuales venden a la mujer como objeto y no como un ser. Aquí es mi deber informarles de una gran verdad: no todas las madres solteras del país trabajan como servicio, ni son pobres, ni fueron abandonadas por el hombre cuando se enteraron que estaban embarazadas, y resulta que los hijos de madres solteras no siempre tienen un papá millonario que llega en algún momento a sacarlos del barrio.
Y es que son cientos de situaciones que se ven a diario en la televisión, que deforman la realidad y afectan la psique de los venezolanos desde temprana edad, convirtiéndolos en personas autómatas que rechazan todo aquello que sea diferente a lo “normal”, y ¿qué es lo normal?, fácil: lo que muestran en la “tele”, porque si aparece allí es porque debe ser cierto, pero la realidad es que los individuos que discriminan tienen una visión distorsionada de la esencia del hombre y muchas veces este rechazo se manifiesta con miradas odiosas o con la falta de aceptación en lugares públicos, trabajos o escuelas, acciones que afectan a la persona rechazada. Bien lo dijo el internauta argentino, Guillermo Gapel: "La discriminación es la única arma que tienen los mediocres para sobresalir".
Yo los exhorto a ustedes, como futuras comunicadoras sociales, a cambiar su mentalidad y postura ante esta injusticia, a trabajar en conjunto para recuperar la realidad, para romper las barreras discriminativas que los medios han impuesto y que nosotros hemos permitido de forma silente, recordemos que todos somos seres humanos y que podemos sufrir esto en carne propia o con un hijo, esposo, amigo, o algún otro familiar cercano, seamos más humanas y más sensibles ante el dolor ajeno, y de esta forma conseguiremos establecer un nuevo paradigma de comunicación social: comunicación hecha por humanos para humanos.
He dicho, gracias.
Aileen Zaera.