"Diferentes noches, diferentes personas, quieren, no quieren, aman, no aman, alguien se enamorará, alguien se quedará atras, alguien se pasará de la raya, alguien se cansará Y dejará de querer... No lo enciendas y no lo extingas, no creas, no temas, no preguntes y cálmate... En algún lugar hay un montón de nosotros pero es insuficiente; en las carreteras habrá una incursión... Alguien se arriesgará y alguien fallará, alguien entenderá pero no ayudará... No creas, no temas y no preguntes"

(Ne ver', ne boysya, ne prosi-t.A.T.u.)

19 dic 2012

¡Todos a la cárcel de Barinas!


Esta es la situación: te portaste mal, hiciste algo malo y lo hiciste mal (porque de haberlo hecho bien no te hubieran agarrado), o te portaste bien pero estabas con quienes no debías estar o te encontrabas en el lugar equivocado; si hubieses pensado todo esto no te habrían metido a ese lugar tan temido por la mayoría de los barineses: EL INJUBA.


Desde afuera se puede observar como la estructura está en ruinas, en condiciones infrahumanas, ya que no sólo el lugar se está cayendo sino que está sobrepoblado; y la gente piensa (porque para eso está la gente: para pensar) que se lo merecen por haber robado, por haber matado, por haberse drogado, en fin: por hacer cosas malas.

                Pero todos hacemos “cosas malas” alguna vez: a todos nos dieron algo de más en el abasto, no nos lo cobraron y no dijimos nada, lo mismo pasa con los vueltos, o cuando nos comimos una uva “para probarla” y no la pagamos.

                Todos nos hemos bajado de la buseta sin cancelar el pasaje, además, ¿Cuántos jóvenes no han entrado en una discoteca con una cédula adulterada? Y no sólo entraron, sino que siendo menores de edad estaban fumando y consumiendo bebidas alcohólicas; señoras y señores les tengo una noticia: todas y cada una de estas acciones son hechos punibles, pueden juzgarlos por ellos y terminar en la cárcel, la realidad es que no se necesita un delito grave, sólo haberlo cometido.

                Así que, quitando el dedo señalador que pone “se lo merecen”, regresemos a lo más importante, a la verdad absoluta de todo: ellos también son humanos y, aunque cueste aceptarlo, merecen ser tratados como tal.

Resulta que entre los objetivos de la cárcel se encuentran no sólo alejar a los elementos peligrosos de la sociedad sino reeducarlos para que, cuando sean reinsertados, no representen un peligro sino un provecho para la sociedad, la pregunta es la siguiente: si los nuevos paradigmas educativos afirman que la violencia no sirve como medio para hacer que un individuo aprenda algo ¿Por qué siguen intentando con las torturas y los golpes enseñar algo bueno a los presidiarios?

Yo entiendo que estar confinado a cuidar las cárceles y hacer que los presos se porten bien –En otras palabras actuar de niñera- puede llegar a ser aburrido, pero los carceleros podrían conseguir otra diversión que no implique golpear reclusos, como por ejemplo, no sé, ¿Jugar al uno? ¿Aprender manualidades?, o asistir a algún tipo de terapia para que puedan comprender que la frustración que sienten por no poder llegar más lejos en sus vidas no se va a ir siendo violentos con los “villanos” de la película.

Ahora, hablando en serio, si de verdad se cumpliera este ideal de “reeducar” a los  presos se tomaría en cuenta que no sólo significa enseñarles algo, sino de verdad apoyarlos en su reinserción social con programas que les hagan seguimiento y les ayude a conseguir trabajo, porque realmente a los reclusos les enseñan oficios, y se los enseñan bien, pero ¿quién va a dejar entrar en su casa a un carpintero recién graduado del INJUBA? Por eso es más fácil para ellos regresar a lo que eran antes de entrar y para nosotros ponernos a juzgar; por lo tanto, en vez de emitir juicios de valor, deberíamos apoyar a aquellos que intentan cambiar, recordemos que sólo quien esté libre de toda culpa puede lanzar la primera piedra; la sociedad sería muy distinta si nos encargáramos de juzgarnos a nosotros mismos antes que a los demás, ¿o no?

¡No Preguntes!