"Diferentes noches, diferentes personas, quieren, no quieren, aman, no aman, alguien se enamorará, alguien se quedará atras, alguien se pasará de la raya, alguien se cansará Y dejará de querer... No lo enciendas y no lo extingas, no creas, no temas, no preguntes y cálmate... En algún lugar hay un montón de nosotros pero es insuficiente; en las carreteras habrá una incursión... Alguien se arriesgará y alguien fallará, alguien entenderá pero no ayudará... No creas, no temas y no preguntes"

(Ne ver', ne boysya, ne prosi-t.A.T.u.)

10 nov 2013

¡El venezolano está hecho de telenovelas!



Una de las primeras cosas que viene a la mente de muchos extranjeros (y venezolanos) al pensar en lo que significa Venezuela son las misses, la política, y, ¿cómo no? ¡Las Novelas!

Hace varios años, por allá en los 90, una novela muy particular, llamada “Por Estas Calles”, irrumpió en la pantalla chica venezolana, cuyo éxito apenas fue sobrepasado por el 2010; esta novela se fusionó con la historia política que le tocó vivir al país en ese entonces, haciendo la trama en algo totalmente nacional y con lo que los venezolanos podían identificarse.

Este culebrón fue el primero en mostrar a la mayoría representativa de los venezolanos (o al menos eso nos dicen), ya que fue la primera en mostrar cómo vivían los pobres en los ranchos de Caracas, y hablar de la miseria social que crecía cada vez más, sin detenerse, hasta nuestros días.

Esa novela, y otras, con diferentes naturalezas, han mantenido a la mayoría de los venezolanos en vilo, día tras día, esperando, pegados al televisor, el anhelado e impactante desenlace final del trama, para ver como los villanos son humillados, los pobres, humildes y buenos encuentran la riqueza mágicamente, como los protagonistas se enamoran y terminan compartiendo una vida feliz, cómo una de las chicas fue a la universidad para conocer a su príncipe azul que la mantuviera el resto de su vida…

Los culebrones, desde sus inicios, han ido amasando la mente y personalidades de los venezolanos, gracias a la “función narcotizante” que ejercen los medios de comunicación, por lo que cada habitante (o al menos una gran mayoría) de Venezuela tiene la capacidad de hablar, relacionarse y expresarse como si estuviera delante de una cámara, haciendo gala de dotes de dramatización envidiables para los habitantes de otros países.

Y esta, señoras y señores, es la única explicación lógica que puedo encontrarle a la actitud tan “tranquila” que han manifestado los venezolanos en los últimos meses/años/décadas, ya que en otros países por menos de la tercera parte han salido a la calle mientras nosotros, los pacíficos y siempre alegres venezolanos, estamos delante de la pantalla (no sólo del televisor sino ahora también del ordenador) observando las noticias, haciendo click en links de twitter y facebook, compartiendo caricaturas, memes, audios, vídeos y comentarios satíricos de la política, esperando, anhelantes, algún final mágicamente redentor que se dé por sí sólo gracias a los guionistas.

…El venezolano está hecho de telenovelas, sí, pero desafortunadamente la vida real no transcurre detrás de una pantalla.


¡No temas!