"Diferentes noches, diferentes personas, quieren, no quieren, aman, no aman, alguien se enamorará, alguien se quedará atras, alguien se pasará de la raya, alguien se cansará Y dejará de querer... No lo enciendas y no lo extingas, no creas, no temas, no preguntes y cálmate... En algún lugar hay un montón de nosotros pero es insuficiente; en las carreteras habrá una incursión... Alguien se arriesgará y alguien fallará, alguien entenderá pero no ayudará... No creas, no temas y no preguntes"

(Ne ver', ne boysya, ne prosi-t.A.T.u.)

2 feb 2021

De la masturbación [Femenina] y otros demonios…

 


Cuando se habla de la masturbación, surgen claramente dos corrientes. La primera, centrada en los hombres, donde se normaliza tal acto como parte normal del desarrollo e, incluso, como algo necesario para desahogarse y evitar problemas de salud. La segunda, la norma de la NO-MASTURBACIÓN femenina.


La segunda, la de nosotras, es satanizada, escondida, una razón de vergüenza, porque las mujeres no sólo pueden controlar su apetito sexual a voluntad y reprimirlo, sino que deben hacerlo, porque sentir deseos no son cosas de señorita, además, las mujeres no lo necesitan, los hombres si, por biología.

Podría extenderme por miles de palabras explicando cómo no sólo los hombres no necesitan masturbarse de forma fisiológica (el esperma, cuando envejece, sale por la uretra junto a la orina), y como los puntos de vista sobre lo que debe hacer o no una “señorita” son discursos retrógrados del milenio pasado, pero no es a eso a lo que he venido.

Verán, mi punto de vista al respecto es un poco más utilitario que eso, si se quiere definir así. Vamos a partir del precepto que afirma que la base de la felicidad es el amor propio. Por su parte, el amor se compone principalmente de oxitocina, una hormona que ocasiona desastres en el cerebro, nubla el buen juicio y, por supuesto, nos hace felices y ver todo detrás de un cristal rosa.

¿A qué no adivinan cual es una de las principales hormonas que se liberan en el cuerpo al alcanzar un orgasmo sublime? Si, lo adivinaron, la oxitocina. Es decir, cuando ayudas a otra persona a llegar al clímax, no sólo le haces sentirse relajada y feliz, sino también corrientes de amor libidinoso circulando por su cuerpo.

Claro, no es necesario estar enamorado para tener sexo ni para experimentar un orgasmo, no vengo aquí con discursos puritanos ni mucho menos (además que la gente que es puritana o moralista me parecen de lo más aburridas). Pero si, fisiológicamente hablando, por un breve instante, al tener un orgasmo, es posible sentir calma, felicidad, dicha, plenitud y, por supuesto, amor (por su puesto, si no eres puritano y empiezas a darte latigazos de culpabilidad por haber disfrutado de una función biológica).

Entonces volviendo al grano, si partimos de este principio, ¿Acaso no es la masturbación Femenina uno de los actos de amor propio más hermosos que hay? Si, lo es, por muchas razones:

  1. Aprendes a conocer tu ritmo, tu cuerpo, lo que te gusta y como te gusta.
  2. Aumenta tu confianza personal, especialmente en el área de la sensualidad.
  3. No dependerás de otro ser humano para poder sentir un orgasmo una vez que aprendas a masturbarte correctamente, es decir, serás dueña y señora de tu sexualidad ¿No te hace sentir poderosa esto?
  4. No deberás experimentar ansias ni culpabilidades, porque sólo estás involucrada tú y tus fantasías a puertas cerradas.
  5. No tendrás miedo de haber quedado embaraza o de haber contraído una enfermedad.
  6. Nadie hablará mal de ti al día siguiente, claro, si tomas la decisión de dejar de criticarte frente a otros, pero eso no tiene nada que ver con tu orgasmo.
  7. No estarás todo el día ansiosa frente al teléfono esperando una llamada o un mensaje de la otra persona.
  8. NUNCA te sentirás usada.
  9. Podrás dormir mejor.
  10. Podrás comenzar el día con la mejor de tus sonrisas.

Masturbarte es uno de los actos más importantes y desinteresados que puedes llegar a hacer por ti, no tiene nada de perjudicial para ti, ya que las mujeres también experimentan deseos e impulsos sexuales y no hay nada de malo en eso, de hecho, lo peor que puedes hacer es reprimirte por lo que diga la sociedad.

Después de todo, lo que tu hagas en privado en tu habitación no es problema de nadie, y nadie tiene por qué enterarse, ¿o sí?

Así que tú que necesitas un poco de cariño extra, ve a tu habitación, cierra la puerta, y empieza a regalarte felicidad y amor propio en base a explorar tu anatomía, alcanza el cielo con las puntas de tus dedos, deja a los puritanos ardiendo en las llamas del infierno de la represión y…

¡No temas!