La belleza es la propiedad de las cosas que
nos hace amarlas, admirarlas, observarlas; pero es prácticamente imposible
definir un concepto exacto de que es bello y que no, por un simple factor: la
belleza es subjetiva, depende totalmente del ojo con que se la mire.
Cierto
amigo me dijo que “la belleza urbana no era otra cosa sino la moda, quién más
la siga más bello es”, pero la moda, guste o no, también es subjetiva, la
horrible verdad es que si bien la moda es dictada por una mayoría, hay muchas
mayorías.
Sin embargo, hasta hace no mucho,
las distintas modas iban al mismo ritmo de la época en la que se desarrollaban,
es por ello que al ver una imagen de un punker
usando accesorios de cuero, el cabello casi blanco por el abuso del peróxido y un
zarcillo con una cruz, al lado de una chica con una muy mala permanente,
accesorios gigantes y un vestido estrambótico –tanto por los colores como por las
hombreras gigantes y la falda esponjada- automáticamente afirmamos que ambos
son de la década de los 80.
No obstante, en la actualidad, no existe un
parámetro establecido sobre la moda, o una tendencia que pueda encasillarse, principalmente
gracias a la aparición de las distintas tribus
urbanas.
Al
ver a una niña con maquillaje negro, botas converse,
ropa ajustada y un lazo fucsia grande en la cabeza y luego ver a otra, de la
misma edad, ataviada con una minifalda, maquillaje tenue, una gorra y
sandalias, acompañadas por una tercera que simplemente usa un jean roto, una
franela negra, zapatos deportivos, nada de maquillaje y un bolso terciado,
podremos afirmar que cada una de ellas cumple con los parámetros de la belleza
urbana de la actualidad.
Y
es que hoy en día no se siguen tanto los dictámenes de la industria de la moda
como antes por razones simples: ya tus padres no te dicen que ponerte sino que simplemente
sabes a cuál tribu perteneces y haces hasta lo imposible por expresar –con
ropa, accesorios y maquillaje- que ESO es lo que te gusta y lo que sientes; por
lo tanto se puede afirmar que la belleza urbana, en estos tiempos actuales, es
aquella que refleja simplemente la libertad de elegir, sin miedos ni tapujos, lo
que no es otra cosa sino la libre expresión de uno mismo, de la personalidad,
de la globalización…
Al final el ritmo de la belleza urbana que define la moda en
este nuevo milenio es simple: ¡Se tú mismo!
¡No temas!